Un Athletic malo por la necesidad
El Athletic fue un equipo malo en Riazor. Se supone que por la necesidad de puntos. Ganó por las individualidades: un soberbio golazo de Raúl García, un segurísimo Kepa Arrizabalaga en su comprometido estreno y un Bóveda pendiente de arreglar las chapuzas de Laporte y sacar su propio trabajo. También se llevó los tres puntos por el fallo del línea en el gol mal anulado a Andone. El Deportivo, sin ser nada del otro mundo, no mereció perder.
Raúl García le pegó desde 32 metros con el corazón, ese que le dio un buen susto en verano. Y también encorajinado por los pitos de Riazor por la desgraciada lesión de Joselu. Fue fuerte al balón y se patinó: la misma escena que le dejó mes y medio fuera el año pasado por una entrada de Vitolo. El ex colchonero no entiende el fútbol de otra manera: va a muerte en cada pelota dividida. Ojalá el delantero se pase menos tiempo que él en el dique seco. Garitano ha imprimido al Depor una seriedad que le va a permitir moverse sin problemas por la Liga. El talento de Mosquera, Gil y Fajr es un buen aval, aunque olvidar a Lucas Pérez va a ser complicado. Andone demostró ya ayer que se mueve de cine.