Dos estilos y un final vibrante
Estaba escrito que sería un choque de estilos y este precioso derbi de Manchester respondió a eso. Guardiola y Mourinho entienden el fútbol de una forma muy distinta. El español quiere gobernar los partidos con la pelota, posesión permanente y para ello ha convertido a Silva en el eje de todo. El portugués quiere fútbol más directo, intensidad y mucho más balón largo. Pretende gobernar los partidos con Fellaini y Pogba de mediocentros, y eso es una declaración de intenciones. No le preocupa tanto salir con la pelota y sí ganar todos los balones aéreos, las segundas jugadas. Así, el City le dio un auténtico baño al United en la primera parte. Fue una exhibición de fútbol que los propios hinchas citizens coreaban con pasión. Cada vez que el equipo salía tocando desde atrás rugía la grada que teníamos a nuestra derecha, la vestida de azul celeste.
Old Trafford temía una goleada, pero un error puntual de Bravo en el enésimo balón al área red devil metió a los locales en el partido. Mourinho mostró lo buen técnico que es, cambió el dibujo en la segunda parte y funcionó. Con Herrera de pivote, Fellaini y Pogba se acercaron más al área y al menos el United logró que el choque fuera de ida y vuelta. Eso disgustó a Guardiola pero le obligó a poblar más el medio con Fernando en lugar de Iheanacho. El City empeoró, y con ello el partido, aunque ganó en emoción en un tramo final espectacular. Fue un derbi inolvidable, con el United empujando como un grande y el City metido en su área en busca de una contra . No tengo duda, el City es mejor equipo que el United, pero tampoco dudo de que le falta pegada arriba, de momento, para ganar la Champions.