Modric y Kroos aparecieron justo a tiempo
Gran planteamiento de Berizzo en el Bernabéu. El Celta jugó con impecable disciplina táctica, sorprendiendo al Madrid con una presión muy alta, severa, y una salida de balón bien gestionada, sin rifar un solo balón. Supo maniatar hasta el descanso a las principales piezas blancas, con excepción de Modric, que fue el más atrevido con sus desbordes y disparando tres tiros (minutos 13, 28 y 31) que de alguna forma recordaron quién debía mandar allí. No obstante, el Celta llegó hasta Casilla con soltura y peligro de gol.
El gol de Morata fue equívoco, pues el Celta no se rindió. Zidane había quitado a un intermitente Asensio por Lucas Vázquez, pero el empate de Orellana encendió las alarmas y el técnico buscó fórmulas alternativas con James y Mariano. El Celta recuperó más de ¡¡60!! balones en el partido y alcanzó una posesión alta (44%), pero no evitó que Kroos sentenciara con un gol de tiralíneas que llegó muy a tiempo.
Presión celeste. El Celta bloqueó a casi todas las piezas creativas del Madrid apretando muy arriba. Sólo Modric asomó para evitar males mayores.
Dibujo final. Zidane tiró de Lucas Vázquez para la rapidez, dio minutos a un James voluntarioso y Mariano apretó. Fue Kroos quien marcó.