No se le puede pedir más a la vida

Esta medalla pesa mucho y es historia. Y aunque soy un poco desastre con las cosas, ocupará un sitio preferente cuando guarde todas. No me la quitaré en toda la semana y es para siempre ya. Cuando ves la televisión de pequeña, te dices: yo estaré allí de mayor. Es un sueño cumplido, es maravilloso. Espero que esta medalla marque un camino, que sea importante para el baloncesto femenino. Sé que esto es visibilidad para nosotras. Por eso espero que haya niñas y mujeres que vieron esto y quieran seguir en la brecha, porque esta medalla es de todos.

Puede que no seamos conscientes de lo que ha pasado en realidad aquí en Río de Janeiro. Fuera, la gente está pendiente de estos Juegos Olímpicos. Puede que incluso algún día podamos estar a la altura de Estados Unidos... pero si conseguimos estar en las finales siempre contra ellas, nos podemos ir satisfechas. Todo el mundo que juega al baloncesto sueña con ir a unos Juegos Olímpicos y luego, con subir al podio. No se le puede pedir más a la vida, la verdad. Formo parte de este equipo y es un gusto y un placer estar en la Selección. Y hoy, aquí me quedo…