El fútbol sabe de latitudes

El Sevilla perdió como más o menos se esperaba. Con algunos buenos minutos de presión, que dejan la duda de si fue mérito propio o demérito del rival, y detalles de algunos de los menos habituales. A partir de ahí, lo normal ante el Barcelona y, además, en el Camp Nou. Decía Sampaoli en la previa que el fútbol no entiende de países. O lo que es lo mismo, que se juega bien o mal en Argentina, España o en la Conchinchina. Y eso, de momento, se le puede rebatir al argentino. Porque su intención de ser protagonista es tan loable como lícita, pero si eso provoca un caos atrás ante un equipo al tran tran, ya no es válida. Y también, porque los sistemas se tienen que adaptar a los jugadores y no al revés.

Es por ello que el técnico espera fichajes. Aún no tiene claro dónde, puesto que cada día detecta una fuga de agua distinta, pero los quiere y los pide, a pesar de que, hasta ahora, el club ha satisfecho todos sus anhelos. Desde Kranevitter a Vietto pasando por Ganso. Pero el sistema está en pañales. Por mucho que la calidad del plantel, a priori, dé para ganar a equipos menores, en agosto no está para la alta competición. Y es, hasta cierto punto, normal a estas alturas y ante estos rivales. Al menos, ya pasaron las Supercopas y la preparación puede seguir su curso sin estorbos. Benditos estorbos, por cierto.