La Selección se queda en el chasis
España sumó más pérdidas que asistencias contra Brasil. En el torneo promedia 67,5 puntos y apenas rebasa el 30% en triples. Su ataque en estático no ha aterrizado en Río y en su defensa aparecen los poros heredados de una preparación mejorable. Pero lo peor es que no ha cumplido con la, antes aconsejable y ahora necesaria, dosificación de minutos de Pau Gasol. El pívot ha tenido que jugar 32 minutos en los dos partidos… y España ha perdido los dos. Si hay un dato que explique el presente y cuestione el futuro en el campeonato, es ese. Los resultados son malos, las sensaciones peores y quedan dos trampas (Lituania y Argentina) a priori más duras que Croacia y Brasil y en un grupo en el que ser cuarto te envía contra Estados Unidos en cuartos.
Como no sería la primera vez que la Selección se corrige a tiempo, solo cuenta el próximo partido. Más ahora que físico y ánimo mezclan mal y la rotación se empequeñece. Si en este equipo cada uno no es capaz de cubrir un rol, por concreto que sea, el estilo es un goteo de ataques resueltos, ayer mal, por un Gasol comprimido por una defensa muy cerrada sobre un único foco de peligro y en este caso con el suficiente músculo. Ese panorama afea a todos, también al seleccionador. Así que hay que aferrarse a las matemáticas y pensar que Nigeria tiene que ser un punto de apoyo y no un simple respiro. Con menos drama, la Selección femenina juega hoy contra China para seguir haciendo camino con un todo que es más que la suma de las partes. Así tiene que ser.