La realidad y el plan de Scariolo

España está en la salida de un ciclo histórico, asunto obviamente complicado, pero por el camino todavía puede escalar ochomiles como el del heroico Eurobasket 2015. Tanta razón tendrán quienes, tras la extraña derrota ante Croacia, observen que a este equipo cada vez le sobra menos, y cada vez está más metido en el estómago del pelotón de aspirantes, como quienes sigan confiando porque acumulamos malos inicios corregidos a tiempo. Y por el pasado Eurobasket. Por Pau Gasol, en definitiva. España ahora está más lejos de Estados Unidos y más cerca de los demás, pero sigue siendo igual de aspirante a medalla que antes del primer partido y a la espera de que el de hoy ante Brasil no nos envíe de verdad al diván del psicoanalista.

La cuestión es que España ya no tiene ni la profundidad ni la exuberancia de años atrás. Cualquier planteamiento lógico tiene que partir de ahí y por eso Scariolo se parapeta en un plan que pasa por Gasol y un reparto de roles en el que está la verdadera clave de lo que vendrá. Se trata del pívot junto al núcleo duro del Real Madrid y alrededores (los Sergios, Rudy, Mirotic y Felipe) y de medir qué y cuándo puede aportar el resto. Ese pragmatismo funcionó hace poco más de un año y es la baza. Ya no hay muchas armas pero hay un puñado, y una de ellas de destrucción masiva, a las que aferrarse. Y precisamente a través de la certeza de que ya no hay muchos más ases en la manga se llega a la confianza en que las cosas pueden funcionar. Todavía.