Muy mala transmisión del ciclismo
Los Juegos Olímpicos reúnen a los mejores deportistas del mundo para ofrecer el mejor espectáculo del mundo (menos en el golf, donde han dado la espantada). Por ello, los Juegos suelen ser motivo para presentar mejoras y novedades tecnológicas en todos los aspectos. Sobre todo en televisión, puesto que la grandeza de los Juegos estriba precisamente en que son el acontecimiento más seguido en el planeta. Pues empezaron los Juegos de Río, y novedad, ninguna. Es más, la transmisión del ciclismo fue muy mala.
El ciclismo parece un deporte inventado para ser televisado, y el Tour, el Giro y la Vuelta han conseguido realizaciones que están a una grandísima altura. No había más que copiar y contratar a la gente que sabe. Río 2016 no lo hizo. Se echaron en falta datos y referencias impresionados en la pantalla para tener un conocimiento exacto de las diferencias que se producían en la carrera, o incluso las velocidades que alcanzaban los ciclistas en su carrera hacia la meta y que les mantenían al límite de sus capacidades.
Resultó también evidente que los motoristas que llevaban a los cámaras tampoco estaban preparados para seguir a los corredores. El momento de cómo se produjo la caída que decidió la carrera no se vio. Majka, Henao y Nibali habían dejado atrás en el descenso a la moto de televisión. Fue una pena, porque la prueba resultó ser un carrerón, del que TVE, por cierto, nos ocultó detalles fundamentales, pues en el momento que la prueba se rompió ofrecía series de natación y clasificaciones de gimnasia sin españoles. Eso no es el interés general.