Es duro pero es así. Imanol Erviti lo explicó a la perfección recientemente: “Todos quieren pero no todos pueden”. Y es así. Hay que afrontar la cruda realidad. Salvo que ocurra algo fuera de lo normal, hablo de lesiones, caídas, enfermedades o algo similar, Chris Froome y el Sky son indomables. Nadie les mete mano porque nadie puede hacerlo. Estoy seguro de que todos quieren. Lo desean incluso. Nairo, Porte, Mollema, cualquiera. Y no, no es sólo mérito de un portentoso Sky. Froome también tiene gran parte de culpa por tener la ventaja que tiene respecto a sus rivales. El equipo es extraordinario, pero él cuando tiene que moverse, se mueve. Y se mueve bien. Ha sido el corredor más completo en todos los aspectos. Ha sido el mejor en los descensos, ha sido el mejor en los abanicos, ha sido el mejor en las escaladas, ha sido el mejor en las contrarrelojes. Y hoy, estoy bastante seguro de que aumentará aún más su diferencia. No tiene rival, nadie ha presentado su candidatura porque nadie llega a su nivel. Ahora el resto deberá asignarse nuevas metas.

Nairo está como está. Pero ya no sólo debe centrarse en Froome. Tiene más gente luchando por el podio: Adam Yates, Mollema o Porte. Tendrá a Valverde, sobresaliente durante todo el Tour. El colombiano deberá dosificarse para poder subirse al cajón de París. Difícil empresa, las bajas de Herrada e Izagirre les han mermado. Veremos.