Koblet: el ‘Corredor Encantador’ corrió como “un avión”

El segundo y último suizo ganador del Tour de Francia fue Hugo Koblet, justo el año siguiente que su compatriota Ferdi Kubler: en 1951. La temporada anterior se había convertido también en el primer no italiano que conquistaba el Giro. Eran unos años dorados para el ciclismo helvético.

Su dominio en el Tour de 1951 se resume con una frase de su principal rival, Raphael Geminiani: “No es posible otro corredor igual. Si hubiera dos Koblet, me buscaría otra profesión de inmediato”. El suizo ganó cinco etapas y aventajó en 22 minutos al francés en París.

La mayor muestra de su poderío la dio en la 11ª etapa, entre Brive y Agen. Koblet mantuvo un pulso de 135 kilómetros contra un pelotón donde se turnaban Coppi, Bartali, Magni, Bobet, Ockers, Geminiani… Acabó con 2:35 minutos de ventaja, a un promedio de 38,946 km/h. Durante su galopada coincidió con Louis Deprez, que le pidió perdón por no poder darle relevos. “Ningún problema. Quédate pegado a mi rueda y no te preocupes por nada”, le dijo el helvético. Pero Deprez sólo resistió 10 kilómetros antes de explotar: “Era un avión”.

Tras aquella gesta, el cantante Jacques Grello le bautizó en Le Parisien Liberé como el ‘Pédaleur de Charme’: el ‘Corredor Encantador’. Koblet había introducido una nueva imagen en el ciclismo. Siempre con el peine a mano, era un hombre bien parecido y preocupado por su aspecto. Llevaba guantes, gafas de esquiador, un cronómetro en la muñeca… Cuando acabó el Tour tuvo ofertas hasta para hacer cine.

Aunque subió dos veces al podio del Giro (1953 y 1954), no volvió a repetir tan gloriosos resultados. Poco después de retirarse falleció en Zúrich a los 39 años en un extraño accidente de coche que hizo pensar en un suicidio.