El baloncesto ACB se derrumba
Las declaraciones de Iñaki de Miguel sobre la situación del Estudiantes son reveladoras. Nadie sabe la deuda que arrastra el club. Nadie sabe de dónde va a salir el dinero necesario para seguir adelante. Si fuera problema puntual de un solo club, el asunto aún tendría solución. Pero cuando es el Estudiantes, es el Sevilla, es el Guipúzkoa, y tantos y tantos clubes que han ido desapareciendo, la cosa cambia. Podemos estar ante el momento que se veía venir: el gigante con los pies de barro que es el baloncesto ACB se derrumba. Gigante, porque el potencial de una competición que tiene al Madrid y al Barcelona es enorme; de pies de barro, porque no ha sido capaz de vivir de lo que genera, sino que se mantiene de las subvenciones y del fútbol.
El trato de favor del Estudiantes que ha recibido por parte de las instituciones públicas no es muy distinto al de otros clubes de la ACB: medio millón de euros más cancha gratis por parte de la Comunidad y terrenos cedidos por parte del Ayuntamiento. A cambio: deudas con Hacienda, con la Seguridad Social, con los jugadores, con los entrenadores... Ese es el baloncesto que ha fomentado la ACB, y mucho me temo que clubes como el Baskonia y el Barcelona permanezcan ajenos a esta situación. Después de haber sido los promotores de la ACB, sólo tienen ojos para la Euroliga, y me atrevo a pensar que llegarán a jugar la Liga española con sus equipos B. El Baskonia ha dado el primer paso: ha pedido inscribirse en la LEB.