Froome demuestra su poderío

Chris Froome dio ayer un golpe encima de la mesa. La crono de 37 kilómetros, donde el viento jugó un papel crucial, sirvió para que el capo del Tour de Francia, desde hace unos años ya, demostrase quién manda. La diferencia con respecto a Nairo Quintana (2:05 en la etapa y 2:59 en la general) comienza a asustar. El colombiano lo intentó, sobre todo en la última parte en la que rodó con mayor soltura, pero no pudo. Estamos hablando de Froome. El auténtico rey en esta disciplina. El británico solo fue superado por Tom Dumoulin, otro gran rodador, que pulverizó el crono y dejó sin opciones al resto de rivales. Después de esta contrarreloj el panorama se va aclarando. La ventaja entre los dos grandes favoritos parece muy difícil de revertir. Pero no nos engañemos: Nairo no perdió gran parte de sus opciones de ganar el Tour ayer, sino en la bajada dirección a Luchon, y en el Mont Ventoux, donde corredores como Adam Yates o Bauke Mollema llegaron por delante de él.

Pasamos el ecuador de la ronda francesa. Lo que parecía en un principio una lucha de dos, puede que se haya reducido a una pelea de outsiders por la segunda y la tercera plazas. Froome se escapa. Ahora vienen los Alpes. El último tren para Nairo. Tendrá como fiel escudero a Alejandro Valverde, que tras el podio del Giro está cumpliendo con creces en este Tour. Los líderes pelearán por no perder su puesto en la general y, además, lucharán por escalar algún peldaño. No está todo dicho. Queda Tour.