Decisión salomónica en el Tour

La decisión tomada con Froome fue finalmente la prevista, y también entendible las reacciones en otros ciclistas. Lo que quedó claro, sin duda alguna, fue que se produjo una acción un tanto surrealista en una competición como el Tour de Francia, considerada por gran parte del pelotón como la mejor del mundo. El año pasado, la Vuelta a España recibió duras críticas por incidentes que tenían en común las motos. En aquella ocasión, hasta Oleg Tinkov (gerente del equipo Tinkoff) amenazó con retirar a su equipo de la carrera. En esta ocasión, veremos si ocurre algo similar. No cabe duda de que estos incidentes son solucionables, como reducir el número de motos en zonas estrechas y vallar la zona final de la subida ya que habían tenido más de 24 horas desde que se hizo oficial la supresión de los últimos seis kilómetros. Por lo que respecta a la etapa, una pena lo de Dani Navarro, que ya ha estado en más fugas y se tuvo que conformar con el tercer puesto. Debe coger aire y recuperar para volver a tener opciones.

Entre los favoritos, el más perjudicado fue Nairo Quintana, pese a recibir en la meta el mismo tiempo que Adam Yates, ya que al venir desde un llano a un puerto de este tipo, el sufrimiento de un escalador puro es mayor. Se desenvuelve mejor en etapas de numerosos puertos antes que de uno en solitario. Su ataque fue respondido por un gregario del líder, lo que habla de la fortaleza del equipo Sky. Hoy lo previsible es que Froome gane tiempo, pero Quintana ha mejorado en contrarreloj y tiene una buena oportunidad para mostrarlo.