Portugal, campeona pese a todo
Campeones pese a todo, campeones porque sí, campeones pese a tanto desprecio, campeones pese a tanto ninguneo, campeones pese a jugar sin el mejor (buen trabajito Payet y árbitro), campeones pese al abucheo a Cristiano incluso en camilla, campeones pese a tanto resquemor que sufre el mejor jugador del mundo, campeones por la valentía del seleccionador, que le sustituyó por el diletante Quaresma y no por otro centrocampista, campeones pese a que les temblaron las piernas todo el partido, campeones pese a que Renato jugó como lo que era, un júnior prometedor, campeones por la fe de su entrenador en los suyos, por la unidad, por la coherencia táctica, por la ignorada calidad de sus jugadores, campeones por el portero Rui Patricio que, por supuesto, no figura en las quinielas de los mejores porteros del mundo.
Campeones por Pepe y por Fonte, por William Carvalho, que aguantó todo lo que se le venía encima, campeones por el gran Nani, campeones por el olvido que ha sufrido este equipo durante el torneo, que es el reflejo del olvido que sufre el país que representa; campeones pese a todo, pese a que Francia fue mejor, porque la historia del fútbol se escribe con gente como los portugueses, como los jugadores del Leicester en Inglaterra, como aquellos de la Real Sociedad y del Athletic que ganaban ligas a los de siempre en los 80, campeones porque la historia no está escrita; campeones porque Francia no sabía hacer nada cuando le tocó hacerlo. Por todo eso, Portugal es la campeona de Europa.