La de ayer fue una etapa extraordinariamente tranquila para todo el pelotón y particularmente beneficiosa para los ciclistas tocados. Para Contador fue un día necesario, tras las dos caídas sufridas en las dos primeras jornadas el de Pinto reclamaba con urgencia un momento de respiro. Tal y como él mismo reconoció en línea de meta, “acabar la etapa de hoy para mí supone un premio”. Psicológicamente está dañado, la confianza ha mermado y las sensaciones no son positivas. Pero el Tour le ha dado un pequeño respiro en medio de esta odisea. La de hoy debería ser una etapa calcada a la de ayer. Sin sobresaltos y con una fuga tempranera controlada en todo momento por el pelotón. Personalmente no estoy a favor de estas etapas tan largas. Creo que es innecesario recorrer más de 200 kilómetros en días como el de ayer o el de hoy. No aporta nada a la carrera, a los corredores se les hace larga.

Pero a Alberto le han venido bien, para recuperarse, coger aliento, apaciguar su dolor e intentar llegar en las mejores condiciones a la etapa del miércoles, la que será su gran prueba de fuego. Mientras el Tour tiene a su hombre del momento. Mark Cavendish repitió triunfo, esta vez necesitó foto finish. Ya van 28 en la ronda gala, y está a tan sólo 6 de igualar al hombre con más triunfos de etapa en la historia, el belga Eddy Merckx. Datos a la altura de una leyenda.