Un "futur esplendorós" al fin
El día que el españolismo entronizó a Chen Yansheng como supremo líder espiritual, se oyeron también algunos sonados reproches al pasado. Jeroni Castell, reputado chef y viejo azote del danismo, se emocionó al definir la etapa como "la página mas negra de la historia". No es cierto, pues los títulos y otros éxitos no pueden obviarse. Que el Espanyol vivió su mejor etapa deportiva de 2000 a 2007 es un hecho objetivo. Pero si algo tuvo el danismo fue que dilapidó toda objetividad y dividió a la afición entre críticos y palmeros. El mejor ejemplo fue la fractura social de la Junta de 2012, recordada por el griterío de los opositores, cuando lo insólito fueron los aplausos a los que tenían, otra vez, al equipo en descenso y el club quebrado, camino a una desaparición que solo la venta ha podido evitar.
El danismo tuvo sus cortijitos, sus vasallajes y su cutrerío como 'modus operandi', pero también gracejo, la mágica flor de Dani, emociones intensas y momentos brillantes. Peor fue el postdanismo, con los desastres de la cantera, la miseria deportiva y la mentira económica ahora ya desvelada. Aquel "futur esplendorós" ha llegado al fin, cuando se los que lo prometieron se han ido. Y no del todo, pues recuerden que el mayor triunfo del diablo es convencernos a todos de que no existe.
