Un partido bisagra para Bale-Cristiano
Gales está escribiendo historia y a la vez ha elevado a Bale definitivamente a la categoría de “estrella que aparece cuando toca, ayuda a ganar y lo hace pensando primero en el colectivo”. O sea a gran jugador de fútbol. Bale ha tenido momentos brillantes en la Eurocopa, pero por encima de todo mucha continuidad. Ante Bélgica, tuvo una hora muy buena: siendo vertical si podía, acercándose o alejándose al balón según el momento del partido, ayudando en la recuperación, buscando el pase y ofreciéndose. Hay muchas cosas que le han ayudado a crecer desde que era un chaval delgado y rápido, empezando por la confianza en sus posibilidades y a través de largas conversaciones con Harry Redknapp, Paul Clement, Carlo Ancelotti o Rafa Benítez. En el Madrid se ha hecho mejor futbolista a base de escuchar, pero también de golpes. Su frustración por no tener una mayor influencia le ha hecho mejorar y tomar cada vez mejores decisiones.
Su relación con Cristiano también le ha servido. El portugués, que físicamente ha llegado a su límite, no ha querido ceder un ápice de su autoridad pero recientemente ha dado medio paso al lado para permitir el paso del tren rápido galés. Bale es un líder positivo, comparte su felicidad y sus habilidades. Cristiano es líder a su manera. Hay partidos que sirven de bisagra, que cambian percepciones, que crean conflictos o amistades eternas. La semifinal Portugal-Gales será, para las dos estrellas, uno de esos encuentros tras los que no habrá vuelta de hoja.