Del Bosque debió ser más egoísta
Del Bosque siempre ha tenido claro que no seguiría después de la Eurocopa de Francia. Lo escribió en un libro y se lo comunicó en diciembre pasado a Villar y a Jorge Pérez, cuando el secretario general ejercía como tal antes de anunciar que sería candidato a presidente. La demora en el anuncio sólo le ha perjudicado y ha servido para que sus detractores le acusen de excesivo apego al cargo, lo que no es cierto. Vicente debió pensar más en sí mismo, pero la lealtad a Villar y su celo por no complicar la marcha deportiva de la selección le han expuesto a la duda y a la sospecha. Recuerdo que estando Casillas, Valdés y Reina en la absoluta y De Gea en la sub 21 le pregunté por el relevo en la nómina de porteros y entre líneas, que es como muchas veces hay que escucharle, dio a entender que igual ese era un asunto de otro. Así que no ha sido ahora el único momento en el que ha pensado dejarlo. De haber comunicado su salida nadie habría especulado a su costa. Obligado por intereses ajenos corre el riesgo de dejar un mal recuerdo. La España campeona del Mundo lo fue con él como seleccionador. Esto es lo que debería quedar en la memoria.