A Alemania le tiemblan las piernas
Alemania viene jugando muy bien. Es más: a Eslovaquia la arrasó, pero aún así se les quedó la cara congelada a los teutones cuando conocieron el que será su rival en cuartos de final: Italia. Ese país que le pone la piel de gallina a todo aficionado de la Mannschaft. De repente da igual que Kroos esté haciendo de Iniesta, que Draxler muestre sus maravillas y que Neuer detenga lanzamientos imparables. Aparecen los fantasmas del pasado. Aparece Grosso, aquel lateral que acabó en 2006 con el sueño alemán de alzar la Copa del Mundo en su país. Y también aparecen los músculos de Balotelli, ariete entre la genialidad y la locura que volvió a fusilar a los alemanes con un doblete en semis de la Eurocopa de 2012.
Hasta hoy han logrado esquivarles, pero ahora toca de nuevo plantarle cara al fantasma teutón por excelencia. En Alemania tiraron de ironía. “Los ancianos italianos retan a Löw”, tituló el diario Bild en su web, pero por dentro pinta diferente. Y mucho. Nada más finalizar el choque ante España, los pizzeros italianos de toda Alemania se frotaban las manos. Los tedeschi son su rival preferido. Y aunque el campeón del mundo muera por vengarse y lleve paseándose durante todo el campeonato, todos son conscientes de que Italia son palabras mayores. Hay miedo en Alemania. Mucho. Y con toda la razón del mundo.