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El calor fue el otro enemigo

Dos titulares que no dan que hablar, que hasta ahora habían pasado de puntillas por la Eurocopa y que ayer, desde el principio, tomaron el mando de las operaciones en ataque. Cesc y Silva le dieron un respiro a Iniesta pero no fue suficiente para evitar el sufrimiento ni la derrota final. Ambos son necesarios para lo que queda de campeonato y la primera media hora ante Croacia les dará moral y confianza. Es lo único bueno que podemos encontrar en un partido para olvidar que nos complicará la vida en las eliminatorias directas a partir de los octavos de final, donde nos espera Italia. Nos hemos metido en un buen lío y de él nos tienen que sacar los jugones, con Iniesta al mando de las operaciones y los mencionados Cesc y Silva escoltándole.

Hubo otro enemigo en Burdeos que hasta ayer no había aparecido: el calor. Ya sabemos que hemos llegado siempre con lo justo en los últimos torneos si hablamos de la condición física y, al igual que en Sudáfrica y Austria nos vino bien que la temperatura fuera benévola, en Brasil nos acabó asfixiando. Ayer la temperatura era distinta a la de los dos primeros partidos y a Selección se desplomó en la segunda parte. Pero para ganar hay que ganar a todos, incluido al calor. No valen las excusas. Dicen que siempre tienes un mal día y esperemos que el nuestro se haya agotado ayer. Igual Del Bosque ahora maldice no haber refrescado al equipo. Pero antes del partido, todos hubiéramos firmado que confiara en los que nos habían dado la clasificación.