En la Selección femenina de baloncesto nadie habla del zika. Será porque ninguna jugadora tiene aún asegurada su presencia en Río, pero todas quieren ir. En ello precisamente están, y hoy comienzan a disputar el Preolímpico con tal fin. Como se clasifiquen, que va a ser que sí, ni zika ni gaitas. Nuestras jugadoras están hechas de una pasta especial. Ellas tampoco hablan jamás de cansancio. Llega el verano, se ponen a jugar, y todas tan contentas. Se concentraron hace un mes, y nadie ha dicho ni pío. Los hombres, por cierto, llevan algunos dos meses de vacaciones... y lo que les queda. Ellos tienen los deberes hechos, y hasta finales de julio o primeros de agosto no les llamará la Selección. Luego ya veremos quiénes quieren ir.

Las chicas, en cambio, están ansiosas por ir a Río y quitarse esa espinita que tienen clavada. Ellas, que han sido subcampeonas del Mundo y también medalla de bronce, que han sido ocho veces medallistas en el Europeo —campeonas en dos ocasiones—, ven cómo Francia, Rusia, Bulgaria, China, Australia, Brasil o Corea del Sur han subido a los podios olímpicos, mientras las Amaya Valdemoro y compañía se han tenido que conformar con un quinto puesto como mejor clasificación. Hoy espera China; mañana, Venezuela. Se trata de una primera fase, que hay que superar. Después vendrán los cuartos de final. Contra Bielorrusia, Corea del Sur o Nigeria. La victoria dará el billete para los Juegos. ¡A por ella!