Un jugador que asoma, un equipo que llama la atención, un goleador de edad y un campeón que se derrumba
Blas Pérez. Cuando tenía 26 años, justo después de haber acabado la Copa Libertadores como máximo realizador, el Hércules anunció el fichaje del heredero de Rommel Fernández y Dely Valdés con la ilusión de quien estaba presentando a un galáctico. Cuando ya suma 35, después de dar una pequeña vuelta al mundo en su carrera, Blas Pérez, actual delantero del Vancouver (MLS), acaba de poner su nombre en una fecha histórica para Panamá: los dos goles llevaron su firma en el debut y victoria (2-1, frente a Bolivia) de su selección en la Copa América. Y cierra la primera jornada como Pichichi provisional.
Pizzi. Argentina, incluso renunciando a Messi, se bastó para agrandar la herida por la que sangra Chile cuando ni siquiera se ha cumplido un año de su título de Copa América. Los jugadores son los mismos de entonces (menos Valdivia) pero ya no se parecen a los de entonces. Ya lo advirtió Sampaoli antes de huir en navidades: estos jugadores se han vuelto ingobernables. Los números del nuevo técnico son alarmistas: un triunfo y cuatro derrotas. Pizzi no es el culpable, pero está por ver si es la solución de un problema que su antecesor (y constructor de la gran Roja) detectó. El caso es que lo que era un club de fútbol más que una selección ahora parece todo menos un equipo. Suma de buenas individualidades, pero cada cual a lo suyo. Es pronto para el catastofrismo, pero la gente chilena empieza a temblar.
Osorio. En lo táctico ha sido la selección de México la más atractivo. Juan Carlos Osorio le ha dotado de un dibujo novedoso y dinámico (3-3-3-1) que no siempre desempeñan durante el juego los mismos jugadores. Se mezclan con coordinación, se relevan, rotan. Son ocho victorias seguidas las que suma el nuevo seleccionador desde que sucedió a Herrera. Y un solo gol en contra, el que anotó Godín el domingo después de ver cómo Estados Unidos confundía su himno con el de Chile. Interesante y vistoso México, que enseña además dos extremos eléctricos y deliciosos (Aquino y Corona). Como equipo, lo mejor por ahora del torneo.