Paul ya no es un rebelde sin causa...

En la Gala del Balón de Oro, celebrada el pasado mes de enero, irrumpió como un gentleman. A su lado no estaba una rubia despampanante como nos tienen acostumbrados los grandes futbolistas del star system. Del coche de la FIFA bajaba su madre. Paul no se despegaba de ella ni medio metro. La tenía cogida por el brazo y marchaba orgulloso con ella. Ese detalle, por nimio que parezca, abrió los ojos en la planta noble del Bernabéu. Pogba, a sus 23 años, ya va sentando la cabeza. No es aquél chaval díscolo que fue despachado por Alex Ferguson del United por su actitud soberbia e inmadura.

Pogba es el Galáctico 2016. Aplaudo la elección. De lo que hay en el mercado, él y Morata son los que más me atraen con diferencia. El todoterreno francés va a tener en la Eurocopa un escaparate espectacular con Les Bleus. Si la Juve pide ahora 100 millones de euros, imagino cómo acabará la puja si se sale en la cumbre del fútbol que arranca mañana en París. Pero da igual. Nadie se acuerda ahora de los 30 que costó Pepe. O los 96 de Cristiano. O los 35 de Modric. Pogba es el hombre. Bienvenido sea.