Estamos en un gran premio súper triste, por lo que ha pasado con un piloto que todos conocemos hace mucho tiempo, que ganó nueve carreras, que hizo un montón de podios y que peleó por un Mundial. Pero es que al margen de toda esta parte deportiva, yo he tenido la suerte de que he estado con él y con su madre muchas veces al principio de su carrera mundialista. Me pedían consejos para ver qué camino tomar, porque había mucha gente que quería sus servicios como piloto. Se suele decir siempre que se ha ido una gran persona, pero en este caso es de verdad. La madre va a pasar momentos complicados sin él, porque estaban muy unidos, pero hay que quedarse con lo bonito, con el amor que le tenía a la moto y la ilusión que le ponía, con más ganas aún ante la adversidad. Lo único que se puede hacer ahora es que tengamos unas carreras lo más bonitas posibles para que le homenajeen así de la mejor manera posible. Yo he pasado por varios trances de tener que salir a la pista después de que muriera un compañero y tengo claro que las dos noches previas a la carrera no habrán sido nada fácil para ninguno. Normalmente, cuando el piloto se va a la cama repasa cómo han ido los entrenamientos y cómo puede ser la carrera del día siguiente, pero esta vez todos piensan en Luis Salom. Les habrá costado conciliar el sueño, porque nos pasa a nosotros, así que los que se tienen que subir a la moto…

Muchos preguntan si habría que haber cancelado este gran premio, y si eso sirviese para que Luis volviese a estar con nosotros, se paraba todo el campeonato del mundo si fuera necesario, pero la vida continúa. Hay que quedarse con los muchos momentos bonitos que nos ha dado y seguir adelante, acordándonos mucho de su familia, a la que mando un beso.