Los héroes no son inmortales
Difícil hablar de la buena noticia de ver a Garbiñe Muguruza clasificada para la final de Roland Garros, lo cual viene a confirmar su progresión tras alcanzar el año pasado la de Wimbledon. Difícil también comentar la incertidumbre que nos deja Marc Gasol sobre su presencia en los Juegos, porque su recuperación va muy lenta, y que se une a las dudas que tiene Pau de ir a Río a consecuencia del zika. Es difícil hacerlo el día que Luis Salom pierde la vida en Montmeló. Ante una noticia como ésta, todas las demás carecen de sentido. La prensa deportiva no está hecha para las malas noticias. La del accidente de Salom no puede ser peor. Pero se la tenemos que trasladar. Es necesario recordar que estas cosas pueden pasar, y pasan.
A veces nos olvidamos de ello. Nuestros héroes, nuestros campeones, no son inmortales. Tantas veces se han caído y tantas veces se han levantado, que no apreciamos el riesgo que corren, no ya cada día, sino en cada curva, en cada momento. La fatalidad está ahí, aguarda en cualquier lugar. Basta que algo falle, que la moto salga disparada, que los protectores la detengan, que el piloto llegue resbalando y... Ahora se encontrarán las respuestas a cada una de las preguntas que nos hacemos, esa curva posiblemente desaparecerá, pero Luis Salom ya no está ni estará. Ha pagado el más alto tributo que se pueda pagar. Como Dani Rivas, como Bernat Martínez, como Simoncelli, como Tomizawa, como Sato, como Kato, como Wakai, como...