San Siro, un gran templo del fútbol con partidos inolvidables
La primera para Holanda. Aún nadie sospechaba de la trilogía de títulos que iba a conseguir el Ajax cuando el Feyenoord coronó al fútbol holandés con su primera Copa de Europa. San Siro, la noche en la que se doctoró el gran Ernst Happel. Logró anular al diablo Jimmy Johnstone con apoyos constantes, superó al favorito Celtic e hizo historia. Pocos zurdos tan talentosos ha habido en Europa como Van Hanegem, y pocos suecos tan decisivos como Kindvall. Su gol llevó al Feyenoord a la gloria.
El 5-0 del Milán. Aquel derechazo de Ancelotti en San Siro pilló a Paco Buyo adelantado y poco pudo hacer ya. Aquello fue el inicio del desastre, de un 5-0 con el que el Milán de Sacchi ganó la batalla de la hegemonía europea al Real Madrid de la Quinta. Sacchi lo definió en Fiebre Maldini como la culminación de una obra perfecta, que empezaba con el brazo levantado de Franco Baresi para adelantar la línea defensiva y luego convertía al protagonista en el poseedor del balón. Una máxima que revolucionó todo.
Cañizares y los penaltis. Había pasado con Esnaola e Iribar en la final de Copa de 1977, y San Siro vivió la imagen con Cañizares y Kahn. Dos porteros descomunales ante una tanda de leyenda. Para el Bayern reinar tras 25 años. Para el Valencia hacerlo por fin. Cañizares ya le había parado un penalti a Scholl y pararía uno más en una tanda fatídica. El error de Carboni, el milagro de Kahn, aquel balón que manda al larguero con el brazo, bota en la raya y sale. Centímetros que apartaron al Valencia de la Champions.
Camerún-Argentina. Argentina abría como campeón el Mundial 90 en San Siro con Maradona al frente pero sería Omam Biyik quien se llevaría la gloria. El día en que se elevó hasta el cielo para cabecear aquel balón que no detuvo Pumpido. La forma de parar a Caniggia, la impotencia de Argentina, el triunfo de Camerún, de toda África. San Siro asistió atónito a otro partido histórico.
El gol de Jair. En San Siro había eliminado el Inter de Helenio Herrera al Liverpool en semifinales en un partido muy polémico y en San Siro le ganaría la final al Benfica. La segunda del Inter de Herrera, de Peiro y Luis Suárez, de Corso y Mazzola. Y de Jair, autor del único gol en una noche de perros, con lluvia a mares y 90.000 hinchas del Inter enloquecidos. Marcó Jair y el Inter cerró la persiana como en otros partidos. El Catenaccio obtenía su premio.