NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CON LA LENGUA FUERA

La media parte

Actualizado a

Los partidos constan de dos partes. Por ello se habla de “la primera parte” y “la segunda parte”. Entre uno y otro segmento temporal, los jugadores se van a los vestuarios y el público saca el bocadillo.

Pero ahora se está colando una expresión extraña: “la media parte”. Seguramente procede del catalán “la mitja part”, que en ese idioma equivale a “la media parte” desde el punto de vista del significado pero a “el descanso” desde el punto de vista del sentido.

Los idiomas son así, tienen rarezas propias que no siempre se pueden calcar simétricamente al traducirlas. “La mitja part” se usaba en catalán antes de que Joaquim Maria Puyal comenzara las narraciones futbolísticas en esa lengua. Por ejemplo, en el teatro: “Aquesta obra era tan sonsa que van marxar a la mitja part” (“esta obra era tan aburrida que nos marchamos en el descanso”).

Veamos en qué radica la diferencia entre significado y sentido. Si yo le pregunto a usted “¿tiene fuego?” me dará su encendedor o no, pero no se le ocurrirá montarme una hoguera con unas maderas. Porque el significado (“¿tiene fuego?”) es una cosa; y el sentido (“si lleva un mechero, le pido que me lo deje para encender mi cigarrillo”) es otra. Y usted captará el sentido, no el significado.

Algo así sucede con “la mitja part”, cuyo funcionamiento como locución en catalán se puede asemejar por ejemplo a nuestro “dentro de” (en la ilógica de su significado estricto). Si anuncio que iré a mi casa “dentro de dos horas”, mi interlocutor no entenderá que llegaré en algún momento de esas dos horas (es decir, dentro de ellas), sino al cabo de ese periodo. Por tanto, llegaré “fuera de dos horas” (cuando ya hayan transcurrido). Así pues, “dentro de” es una locución que no significa “dentro de”. Y “mitja part” no significa “mitja part”.

Decir en castellano que “se llegó con empate a cero a la media parte” o “Isco jugó sólo media parte” equivale a transferir a este idioma una locución que no es suya (al menos por ahora); y por eso ni nos llegará su sentido ni nos sonará bien su significado: el 50% de un tiempo, la mitad de una parte (es decir, un cuarto de partido).

Así que para usar mejor el español convendría darle a eso de “la media parte” un buen descanso.