Tampoco es que no tenga nivel el árbitro sueco Jonas Eriksson para dirigir la final de la Europa League, pero aunque saque casi siempre los partidos con nota, le falta transmitir en el campo su nivel. Como se dice en la jerga arbitral, hay árbitros que nacen y otros que se hacen como éste, que lo hizo tras jugar al fútbol. Comenté hace poco que es un regalo a su trayectoria y su fidelidad a la UEFA, ya que el que tenía más opciones de dirigir una de las dos finales era el español Velasco Carballo, pero como casi siempre hay algún equipo español en ellas, esperamos verlo pitar la final de la Eurocopa..., salvo que la juegue España.

Jonas Eriksson tiene buena colocación en el terreno de juego, lo que hace que se note menos lo que sufre en los desplazamiento largos a consecuencia de su estatura. Es de los árbitros que se guardan las tarjetas para las segundas partes y no es dialogante con los jugadores. Ha pasado de ser cuarto árbitro en la final de la Champions 2015 a pitar la final de la Europa League 2016.