Disfrutar sufriendo... Por lo del 74
Cuentan que Luis ya ejercía de entrenador antes de serlo. “Bueno, ya sabéis, 4-4-2, balones a Ufarte y centros al área para Gárate”, solía decir a sus compañeros al pisar el césped, siempre sin olvidar lo que había dicho el entrenador. Marcel Domingo lo era en aquella temporada 70-71, poco recordada en el Atlético, pero que hizo una gran Copa de Europa, en la que tras eliminar a Austria de Viena, Cagliari y Legia, cayó dignamente ante un Ajax que encadenaría tres Copas de Europa seguidas. Tres años después el Atlético brindó otra edición memorable, con partidazos en Belgrado y Bucarest, antes de lo de Glasgow, y se quedó sin título por aquel zapatazo de Schwarzenbeck, que, tras el desempate, daría paso a otro ciclo de tres del Bayern.
Podía haber sido el ciclo de un Atlético, que, sin embargo, pagó aquello con el sambenito del Pupas que, gracias a Simeone, hace tiempo que quedó enterrado. El equipo rojiblanco es un equipo ganador, aunque a veces no dé esa impresión, como ayer en una primera parte en la que el Atleti jugó a verlas venir. Así no se podía saldar la deuda del 74. La entrada de Carrasco, el puñal rojiblanco que nos recuerda a los de antaño, y el gol a la contra, santo y seña del Atlético, que marcó Griezmann hicieron que toda la gente colchonera creyera más y más en su equipo. Con el penalti (que no era, por eso se falló) que paró Neuer y los arreones del Bayern en el tramo final, los atléticos se divertían sufriendo. El gigante Bayern estaba en la lona. Gracias en nombre de nuestros mayores. Y de Luis.