Una sonrisa que esconde nervios...
Nadie puede decir que Zidane haya cambiado un ápice su discurso en cuatro meses. Siempre positivo, contestando a todo, sonriendo en las preguntas facilonas y también en las comprometidas. Pero ayer hubo una pequeña novedad, si analizamos únicamente la parte gestual. Sus respuestas iban acompañadas de la misma sonrisa seductora, pero ésta delataba cierto nerviosismo. El asunto de las lesiones de Cristiano y Benzema es el motivo. Se juega dos títulos en un mes y no cuenta por ahora con los dos jugadores clave en ataque. Y además se tiene que morder la lengua para no hacer añicos el absurdo misterio que ha rodeado a tales lesiones. No estaba cómodo Zizou. No le gusta ocultar información. Es una presión añadida con la que no contaba.
Apela al espíritu de grupo y a su magnetismo con la plantilla, pero sabe que igual no es suficiente. Pese a todo, demostró una vez más personalidad cuando aseguró que si los dos lesionados no están totalmente recuperados, no jugarán contra el Manchester City. Sabe que una recaída sería definitiva y el entrenador francés prefiere que puedan estar en las mejores condiciones si llegan a la final de la Champions. Si por el camino se queda la Liga, eso ya lo daba por descontado hace un par de meses. Ahora toca priorizar objetivos ante una situación complicada. Y no parece tener dudas. Es como si le hubiera servido de lección no haber reservado antes a Cristiano, cuando seguía empeñado en ayudar al equipo, pero también en batir marcas personales.