Nadal, ni tan mal... ni tan bien
Nadal ha enlazado, por fin, la victoria en dos torneos consecutivos. No han sido victorias fáciles. En estos dos torneos ha ganado al número 6 del mundo, Nishikori, al número 2, Murray, y al número 4, Wawrinka. Nadal también terminó el año pasado ganando en la final del Masters, en Londres, a tres top-10: Murray, Wawrinka, más Ferrer. O sea, que no venía de cero. Ocurre que este año la eliminación en Australia por parte de Verdasco (45 del mundo entonces) en la primera ronda le descolocó. Sumado esto a las no menos sorprendentes derrotas en el US Open ante Fognini (32) y en Wimbledon ante Brown (102), quedaba en muy mal lugar en los grandes torneos. En Roland Garros cayó al menos ante Djokovic, pero esa es otra historia.
Historia que tampoco le ayuda, porque ha perdido todos sus enfrentamientos con el serbio, que son seis, desde 2014. Pues entre esta manifiesta inferioridad con Djokovic y que últimamente sus resultados en los torneos de Grand Slam dejan que desear, el rendimiento de Nadal parece más bajo de lo que realmente es. Luego se enfrenta a rivales del top-10, y les gana, aunque también pierde. Desde el año pasado suma ocho victorias y siete derrotas ante ellos, sin contabilizar el balance con Djokovic. Es decir, Nadal se mueve por esa zona alta intermedia con cierta autoridad. Sin llegar a ser el de antes, pero tampoco arrastrándose. Lo importante es que parece que tocó fondo y ahora le toca remontar. Madrid, próxima parada.