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Mensaje a quien corresponda

Eibar

El Santiago Bernabéu es uno de los pocos estadios donde si tienes un mal día como visitante las consecuencias pueden ser absolutamente desastrosas. Puedes acabar destrozado, cual juguete roto. Allí hasta cualquier mínima cosa se magnifica. Casi por inercia van cayendo goles, uno tras otro y sin apenas posibilidades para reaccionar o lamentarse.

Los relojes avanzan muy lento, sobre todo cuando llevas una mochila demasiado pesada a tus espaldas. Eso le ocurrió al Eibar. Salió dejando patente su habitual osadía, pero enseguida quedó completamente desbordado. Encajó un tanto recién empezado este partido, que desde entonces no tuvo más emoción obviando algunos intermitentes lucimientos locales. Incluso podría considerarse una sesión preparatoria con público mirando hacia Europa. Lógico y respetable.

Sin embargo, me molestan otras cosas. Exceptuando a la gente cercana, poca gente habló sobre los armeros durante esta pasada semana. Para el Real Madrid este encuentro era un mero trámite porque por potencial ganan prácticamente siempre. Aun así, una entidad de Primera División debe ser respetada y, según lo visto, nunca ocurre eso.

Es bastante triste que a nadie ajeno al entorno azulgrana le interesen las valoraciones de Mendilibar. Por lo menos algunos valientes viajamos y preguntamos. Luego sale Zidane. Ni palabra sobre su reciente rival. Parece inexistente. Aunque pides turno para formularle una cuestión, te ignoran. Siendo pequeños también tenemos voz. Merecemos consideración.