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La copa de las dos mentiras

Los dirigentes de la UEFA cambiaron hace años el nombre de la genuina Copa de Europa por el de Champions League, y con ello empezaron mis sospechas sobre esos señores. Cómo me iba a creer que al frente de la organización del fútbol europeo se hallaban unos administradores honrados, si eran capaces de denominar a su principal competición con dos mentiras.

Se llama Champions League, pero no es ni Champions ni League.

O sea: no es la Liga de Campeones (en su traducción al español).

Ni siquiera es la Liga de Subcampeones.

A diferencia de lo que sucedía en la vieja Copa de Europa, en esta competición pueden participar equipos que se han clasificado incluso terceros o cuartos en su Liga y que además nunca ganaron su campeonato nacional.

Pero no se queda ahí la falsedad del nombre. También se denomina ‘Liga’ (o ‘League’). Sin embargo, el sistema de liga consiste en que todos se enfrenten contra todos, y de tal modo lo señala, con fidelidad, el Diccionario: “Liga: competición en que cada uno de los equipos inscritos ha de jugar contra todos los demás”.

Pero los equipos participantes en ese torneo se dividen en varios grupos cerrados, por lo que no pueden jugar entre todos, sino solamente entre los del mismo grupo. (O sea, que sería en todo caso una Group League). Además, una vez superada esa fase los dos primeros clasificados entran en las eliminatorias que conducen hasta la final, con lo que se pasa del sistema de liga (con matices) al de copa.

Dos falsedades en uno solo nombre, pues.

Ya no tiene solución esto. No vamos a proponer aquí que los periodistas y los aficionados dejen de llamar a esa competición por su nombre oficial, claro. La degradación de las palabras se ha producido sin remedio. Sólo deseamos señalar que toda degradación de las palabras acarrea consecuencias. Y que cuando alguien no tiene inconveniente en manipular los significados que hasta entonces eran de todos, el resto de los latrocinios le parecen cosa de mayor facilidad.