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Descubrí su zurda en un Madrid-Ajax

Supongo que en todos los bares, como en el mío en Sama (Langreo), se habló del fallecimiento de Cruyff. Todos los clientes y amigos venían diciéndome lo mismo: “¿Has visto lo de Johan? ¡Qué pena!”. Yo descubrí su zurda en unos octavos de final de la Copa de Europa, en la temporada 1967-68. Empatamos 1-1 en Amsterdam, en la ida, y en la vuelta un inolvidable gol de Veloso, en la prórroga, nos clasificó para los cuartos de final. En aquella época Cruyff era un chaval de 20 añitos del que ya habíamos escuchado algo. Miguel Muñoz nos avisó de su zurda, pero he de decir que los informes no tienen nada que ver con los de ahora. Algo sabíamos, pero no mucho porque sobre el terreno de juego nos dejó impresionados.

Reconozco que del gol que me marcó en Holanda no me acuerdo, pero lo que no se me olvida fue su zurda prodigiosa, que nos dejó impresionados a todos. Salía disparado con el balón controlado con una velocidad increíble. Se libraba siempre de las patadas porque tenía una zancada que no vi a nadie. Años más tarde, después de coronarse con el Ajax, fue nuestra pesadilla con el Barça. Nos quitó la Liga 1973-74. En aquel verano vinieron al Madrid los extranjeros Netzer y Pinino Más, dos magníficos futbolistas. Pero, madre de dios, Cruyff era muy bueno. Fue uno de los grandes del fútbol y luego marcó estilo como entrenador como hizo el mismo Muñoz.

Andrés Junquera fue portero del Madrid entre 1966 y 1975.