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Los dos palos son iguales

El palo izquierdo de la portería de fútbol mide 2,44 metros, mientras que el palo derecho mide… 2,44 metros también. Eso si se mira la portería de frente. Si se mira desde atrás, el palo derecho (que antes era el izquierdo) mide 2,44 metros…, lo mismo, qué casualidad, que el palo izquierdo (antes el derecho), que también mide 2,44 metros.

Así que cualquier hablante con cierta competencia en el idioma español (unos 500 millones de personas, no tiene mucho mérito) se extrañará al oír que en las transmisiones futbolísticas se habla a menudo de “el palo largo” y “el palo corto”. Y quizás se pregunten: ¿será que se considera que nunca es posible fabricar dos palos iguales, y que los comentaristas saben dónde está el fallo?

Pero en ese caso, añadirá el hablante competente, ¿qué sentido tiene decirlo tantas veces, si a simple vista resulta imposible apreciarlo?

Esos hablantes con mucha competencia en su propio idioma pensarán sin duda que si los delanteros supieran que un palo es más largo que otro, intentarían que el balón se dirigiera casi siempre hacia aquél, pues siempre tendrán más oportunidades de conseguir el gol, aunque se tratase de milímetros de diferencia (¡cuántas veces un balón entra o no dependiendo de un pelo!).

Lo que quieren decir seguramente esos narradores (pero no lo dicen) es que algo pasa en relación con el palo más lejano o con el más cercano al balón. Pero lo largo o lo corto no residen en el palo mismo, sino en la distancia entre la madera y el lugar donde en ese momento se desarrolla el juego. Por supuesto, no vamos a recomendar aquí que se diga “el palo más lejano” o “el palo más cercano”, sobre todo por las prisas que lleva el relato. Pero, existiendo desde hace decenios las expresiones “primer palo” y “segundo palo”, no se entiende bien por qué se acude a menudo a unas fórmulas tan desacordes con la simétrica medida de los dos soportes del travesaño.

Hay narraciones periodísticas en las cuales el primer palo se le da a la lengua española; y el segundo palo también. Igualitos los dos.