Torres les baja los pies de la mesa

Aquella escenita en el Coliseum la noche de Halloween, más luego Piqué sacando pecho por lo hecho, tocó el honor del Getafe, y no sin razón. Ángel Torres tiene derecho al enfado. Torres entiende que invitó al Barça al salón de su casa y éste se tomó la libertad de ponerle los pies encima de la mesa. Si alguien pone los pies encima de tu mesa es un maleducado (según un dicho popular), pero si se lo consientes el cerdo eres tú. Torres les ha bajado los pies de la mesa y les ha hecho ver que el Getafe será una casa humilde, pero que en ella hay que saber comportarse.

Torres se niega ahora a sentarse a la mesa de Bartomeu. Mucho se ha dicho en Barcelona de este desaire, pero en cambio poco se ha comentado que Bartomeu no se ha dignado todavía a pedirle perdón. Sólo lo hizo Iniesta, en conversación con Pedro León, pero institucionalmente, nadie. Y aquella metedura de pata, chiquillada o como se quiera llamar, merecía una disculpa mayor por parte del padre de los niños, el señor Bartomeu. Para quejarse de que el Madrid se niega a ofrecer el Bernabéu como escenario de la final de Copa porque tiene los baños del estadio en obras, hay que demostrar respeto por los baños de los demás, y en el Coliseum no se hizo. En el Barça alguien puede entender que Ángel Torres les reta, pero sólo pedía una disculpa. Torres se limitará a estar hoy en el palco, con los pies en la tierra, sabiendo que el Getafe puede perder, que seguramente perderá, pero nunca será la dignidad.