Sharapova no daría positivo aquí
Maria Sharapova podía haber pasado un control en Madrid o Barcelona, si se hubiera dado el caso, y no dar positivo. Digo Madrid y Barcelona, como otros muchos laboratorios antidopaje, reconocidos incluso por el Comité Olímpico Internacional. La razón es sencilla: no todos los laboratorios detectan la totalidad de las sustancias prohibidas, cuya lista abarca 304 diferentes. Cuando un laboratorio analiza una muestra, la máquina sólo busca aquellas para las que se ha programado, generalmente anabolizantes y estimulantes. Si se mete la EPO, el coste se duplica; en caso de necesitarse el contraanálisis supera los dos mil euros. Añadir más sería carísimo. Por esta razón, puramente económica, los laboratorios suelen ir a lo seguro.
Buscar en España el meldonium no se ha planteado, porque es una sustancia que no se comercializa en ningún medicamento. En España, ni en muchos países del mundo. En Estados Unidos se considera incluso droga. Su mercado se encuentra muy focalizado en los países del Este. Por ello no todos los laboratorios buscan el meldonium. Esto deja una reflexión: ¿cuántas sustancias parecidas pueden estar circulando por el deporte sin poder ser detectadas? Las máquinas de los laboratorios tardaron diez años en encontrar la EPO, y hasta entonces circuló en barra libre. Este problema lo sigue teniendo ahora la hormona del crecimiento, y eso son palabras mayores. Se avanza, pero en la lucha antidopaje la trampa sigue por delante de la ley.