La peor lesión está en el orgullo

La peor lesión que sufre el Madrid es en el orgullo. Ahí tendrá trabajo Zidane de hoy en adelante con sus jugadores para evitar mayores catástrofes. Porque aún puede haberlas si el bajonazo del derbi produce un desplome colectivo, de efectos directos en la Liga y colaterales en la Champions. Levantar el ánimo, recuperar la autoestima, calentar la sangre y pelear hasta el último minuto en todas las competiciones es una obligación del Madrid por prestigio y decencia. Zizou dijo tras el 0-1 en mensaje estratégicamente erróneo que “la Liga está muy difícil”. Pues ahora le toca convencer a sus chicos de lo contrario.

Toca hablar en el campo. No valen lamentos de enfermerías llenas, excusas por sanciones acumuladas, o polvaredas inoportunas ‘made in Cristiano’. Zidane se encuentra ante un doble reto que puede salvarle el pellejo o terminar de desacreditarlo: finalizar la temporada dignamente en la Liga y llegar muy lejos en la Champions. Ganarla sería el delirio, pero a día de hoy no muestra cuerpo el Madrid para semejante hito. De momento lo que toca es hacer terapia de grupo en el vestuario, soltar los demonios que cada uno lleve dentro y conjurarse por una causa común, juegue quien juegue, los buenos, los regulares o los semicojos. Zidane es el primero que necesita venirse arriba, contagiar entusiasmo, y aplicarse mejor en sus tareas de técnico. Hay que archivar el dolor.