Alante con los faroles
Messi tenía que golpear el balón “hacia alante” para que ese penalti fuera válido. Y tal expresión vulgar se oyó en la radio, donde el fragor de la narración puede tener una disculpa, pero también en informativos de televisión, que se basan en textos leídos a través de un reproductor visual o teleapuntador (llamados en el sector autocue o teleprompter).
En las transmisiones de ciclismo oímos a cada rato que “el grupo de alante va tirando fuerte”, y en el fútbol menudean formas como “el equipo tiene que irse alante” o “la gente de alante debe decidir el partido”.
La prosodia popular tiende a contraer algunos sonidos, y eso puede tener un pase en las conversaciones privadas y poco exigentes. En ellas se dice “alante” (en lugar de “adelante” o “delante”); y también “pa que tú veas” , “to has tao mu estupendo” o “malegro”; y se pregunta “¿ande vas?” o “¿tanterao?”.
Pero en el habla cultivada y en la lengua escrita se cuidan más las formas. ¿Por qué? Por nada importante: sólo por elegancia y por la transmisión de la propia imagen, elementos que a su vez dan una idea sobre la formación del periodista que habla. Ningún abogado argumentaría con esas expresiones en medio de un juicio, ni un médico las emplearía en un congreso de cirugía. La comunicación admite distintos registros, como la ropa, y no hablamos igual en el lenguaje familiar que en público, del mismo modo que no nos ponemos un pijama para ir a una boda.
Véase que la cancioncilla publicitaria “tinto de verano pa’el calor”, que nos alegra cada verano, anuncia con esa expresión vulgar el vino Don Simón, pero no pegaría nada para un Vega Sicilia. Es cuestión de niveles.
Quizás los periodistas que vulgarizan su pronunciación entienden que así se acercan a su público, pero tal vez lo que consiguen es que el público deje de creerlos gente formada y prestigiosa, y que por tanto él se aleje de ellos.
Además, en esta vida hay que ser consecuente. Si Messi tocó el balón “hacia alante”, si un equipo debe “presionar más alante” y si “hay que ir para alante”, tendremos que hablar de los defensas, de los medios y, en consecuencia, también de los “alanteros”.
A ver si hay valor.