Sevilla, el éxito a contraestilo
En el Sevilla se mueven muchos nombres, pero no su alma. De los 14 futbolistas que jugaron en el debut como entrenador de Emery en La Romareda el 16 de enero de 2013 (Palop; Coke, Spahic , Fazio, Navarro; Navas, Maduro, Medel, Reyes; Rakitic y Negredo más los cambios Botía, Stevanovic y Manu del Moral), sólo quedan dos y a uno de ellos, Fazio, ya le ha dado tiempo de hacer el viaje de ida y vuelta. Cambian los jugadores, sí, pero no su corazón institucional: José Castro, José María del Nido Carrasco, José María Cruz, Monchi. Y todos los sevillistas de base en cada despacho de esas oficinas.
En estos días en que el fútbol se llena de capital asiático, el del Sevilla es un éxito a contra estilo. Un club donde lo predominante es el ADN. De gente cercana que conoce el modelo deportivo del club porque es su supervivencia, compra y venta, pero que no tarda ni diez segundos en recordarle al futbolista cuáles son sus principios. El discurso cala porque quien lo dice lo siente. Que se lo pregunten a Palop, Kanouté, Rakitic… Y así continúa el viaje del Sevilla, el club que vio el principio del Barça de Ronaldinho la noche del gazpacho y empezó a escribir su final vapuleándole en la Supercopa de Mónaco. Allá va el del nunca se rinde…