En Sevilla quedaron las lágrimas
El próximo 30 de junio se cumplirán 15 años de la última final de Copa disputada por el Celta. Fue en Sevilla. Si se dan un paseo por las inmediaciones de La Cartuja podrán ver las huellas marcadas que dejaron las lágrimas de miles de celtistas. Nunca estuvo la Copa tan cerca de Vigo. En la final del 94 en Madrid se quedaron a once metros, en Sevilla llegaron a tenerla en las manos. El gol de Mostovoi les hizo campeones durante unos minutos, luego llegó una tragedia inesperada. El Celta era el claro favorito, pero la maldición de la Copa volvió a aparecer. La historia está en deuda con el celtismo. Después de ganar de forma heroica en el Calderón, donde perdió una final, ahora quieren reparar el daño de Sevilla.
Es posible que por plantilla los de Emery sean favoritos, pero el Celta posee el arma más poderosa; el anhelo de un sueño. Con ella derrotaron al Atlético y así esperan cargarse al Sevilla. La Copa se ha convertido en Vigo en una auténtica obsesión. No se habla de otra cosa en la ciudad. Da igual que llueva o esté nublado, a la gente se le ilumina la cara cuando piensa en volver a otra final. Berizzo tiene clavada aquella espina de hace 15 años y no hay nadie mejor que él para motivar a unos jugadores empeñados en hacer historia. Llegó el día.