Cuando pierdes de esta manera no hay más que felicitar a Alemania, que nos ha dado una lección, que es un justo y digno campeón, darte la vuelta, comerte la frustración y pensar que jugar una final siempre es un éxito. Ahora mismo jugadores y aficionados estamos decepcionados porque no esperábamos un marcador así; es más, incluso resulta en ocasiones más agradable un bronce que una plata, porque el tercer puesto es una despedida del Campeonato de Europa con una victoria.

Pero esta plata es un resultado formidable, aunque nos obligue a ir al Preolímpico. Y cuando pase el tiempo lo veremos. Ayer entre el portero Wolff y la defensa 6-0 alemana nos acribillaron. Sabíamos que ellos son muy duros, que van al choque, pero no podemos mirar a los árbitros, que en la primera mitad ya habían marcado cinco exclusiones a los alemanes. No queda duda que con esa defensa nos han hecho mucho daño, porque a partir de ahí han generado una gran impaciencia a nuestros jugadores, que incluso se han atascado en situaciones que ellos se desenvuelven bien. Se han perdido muchas posesiones, pero no en situaciones de riesgo, sino en pases cómodos, lo que te hace pensar que los nervios estaban atenazando a los nuestros, a ese deseo de ganar la medalla de oro que tanto ansíamos para el balonmano. Hay que felicitar a esta Selección, la segunda mejor de Europa.