La familia de Carrasco y Willian José, el 'imitador' de Neymar
La familia de acogida de Carrasco
No lo tuvo nunca fácil Ferreira Carrasco. El empeño de su madre Carmen resultó decisivo para explicar el éxito del hoy jugador atlético. Con 12 años se marchó a Genk con el sueño de triunfar en el fútbol. Un viaje en solitario. No conocía el idioma (el flamenco) y tuvo que vivir con una familia de acogida. “Lo pasé mal. Mi madre me animó. Dejó que su hijo saliese de casa para hacerse futbolista. Ella siempre estuvo segura de que iba a ser internacional con Bélgica. Casi todo lo que tengo se lo debo a mi mamá ", sostuvo Carrasco en una entrevista con Het Laatse Nieuws. En Genk perfeccionó el regate, su modo de expresión. En la calles de su Ixelles natal todavía recuerdan sus quiebros a las mochilas y abrigos a los que se enfrentaba.
Willian José ya no imita a Neymar
Una estadística define la magnitud del gran momento de Willian José: sus últimos tres remates a portería en Liga han terminado en gol. En el delantero brasileño se vislumbran cualidades de enorme futbolista. Sin embargo, no acababa de romper en España. Willian compartió éxitos internacionales en la Sub-20 de Brasil con jugadores de renombre mundial como Lucas Moura, Oscar, Coutinho o el mismísimo Neymar. Precisamente, tuvo la misión de sustituir en el Santos a la estrella del Barcelona. Tal fue su mimetismo que empezó a emular algunas de las míticas celebraciones de Neymar al marcar, como la famosa de los ‘Toiss’. Ahora ya sólo es Willian José.
Cuando el Real Madrid descartó a Iborra por bajito
Sí. Sucedió. Vicente Iborra, natural de Alfara del Patriarca, no paraba de meter goles en las categorías inferiores del equipo de su pueblo. Desde el club le reiteraban a su padre que debía marcharse para seguir creciendo. Se fue al Don Bosco, un filial del Real Madrid en Valencia. En edad cadete le llamó la entidad del Bernabéu para que hiciera la pretemporada. Fue descartado por bajito y el Levante, que anduvo rápido, se lo llevó a su escuela. Por cierto, Iborra mide hoy 1,90 metros.
El fichaje intranscendente de Arlauskis
No tuvo un estreno asequible Giedrius Arlauskis con el Espanyol. El Real Madrid funcionó a todo tren y el portero lituano se vio desbordado. Quizá en su país de origen nadie se percató de su titularidad. “A veces me pregunto por qué no jugué al baloncesto. En Lituania nadie ha escrito que he firmado por el Espanyol”, declaró con naturalidad el día de su presentación. Arlauskis es una petición de Galca. Era su cancerbero en el Steaua de Bucarest campeón del curso pasado. No contó, en cambio, con la confianza de Quique en el Watford. En Lituania no se habló del tema. Nula repercusión, al menos según cuenta el propio Arlauskis.
Mosquera, el yerno deseado
Pedro Mosquera ha sido el nombre de la semana en el Deportivo. Estuvo a punto de salir rumbo al Valencia. Él mismo se lo comunicó al resto de la plantilla en los vestuarios de Abegondo. Finalmente, se queda. Un respiro para Víctor que ve en el centrocampista gallego el sello distintivo de su equipo. Cuenta gente que le conoce bien que no es un futbolista al uso. “Es uno de los jugadores más inteligentes que hay”, dicen de él. Le fascina el cine y el surf. De pequeño, jugaba al hockey hasta que el Madrid le fichó. Lo hacía igual de bien que al fútbol. “Es el yerno que todo padre desea tener”, sentenció una vez Toril, su técnico en el Castilla.
Juanpi llegó en el ‘lote Rondón’
Juanpi es la nueva esperanza del Málaga. El delantero venezolano ha marcado en las dos últimas jornadas (Barcelona y Eibar). Su llegada al conjunto boquerón en 2010 vino derivada del aterrizaje de Rondón en La Rosalesa. Los representantes Pablo Martínez y Juan Mata, los agentes también de Rondón, recomendaron a Juanpi en la operación de su compatriota que por aquel entonces estaba en Las Palmas. Probó durante una semana en el San Félix (equipo vinculado al Málaga), y el club malacitano, con la aprobación de Arnau (ahora director deportivo), resolvió cerrar su fichaje. “Málaga es ya mi ciudad, me siento malagueño”, reconoce Juanpi.
Lekue, el estudiante sencillo del Athletic
Iñigo Lekue volvió a tener minutos con el Athletic. El de Deusto ya ha disputado 19 partidos esta temporada con el primer equipo rojiblanco. Valverde le tiene en estima y le utiliza en ambos laterales. Su polivalencia y su enorme voluntad de lucha, dos de sus virtudes más destacadas, sirven para describir su grandeza. Lekue es un tipo sencillo al que nadie le ha regalado jugar en Primera División. A él no se le ha subido a la cabeza. Cursa estudios de Ingeniería Técnica Superior en la UPV y todavía no tiene representante. Un abogado cercano a su familia le lleva todos sus asuntos contractuales.
La pasión de Xabi Prieto, ‘one club men’
De vez en cuando, conviene mencionarlo. El vínculo de Xabi Prieto con la Real Sociedad parece indisoluble. Jugador, aficionado y accionista del club realista, el de San Sebastián es el ejemplo perfecto de la pasión que genera el fútbol. Ni en la peor crisis de la historia de la entidad guipuzcoana pensó en salir de Anoeta. La fuga de talentos era constante y él decidió renovar. Toda una carrera en un mismo equipo. Un ‘one club men’. En Primera sólo encontramos otros seis casos iguales: Gurpegui (Athletic), Nacho Cases (Sporting), Mikel González (Real Sociedad), Bruno (Villarreal) y Messi e Iniesta (Barcelona).
El origen humilde de Babín
Babin se equivocó ante el Villarreal al cometer un penalti infantil sobre Soldado. Un desliz en la vida de un guerrero. El central del Granada insiste en vocablos como esfuerzo y pelea para hablar de sí mismo. Nació en Corbeil-Essones, una ciudad del área metropolitana de París. “Mi barrio era un lugar difícil. Imperaba la ley del más fuerte. Aprendí a jugar al fútbol en la calle”, recuerda cuando se le pregunta por sus orígenes. El capital humano de su familia le alejó de las malas influencias. “Somos muy humildes y alegres. Así ando yo por la vida. Todo se consigue a base de trabajo y lucha”, añade. Orgulloso de sus raíces.
El paso por La Masía de Jony
Jony, la sonrisa del Sporting, estuvo en la cantera del Barcelona dos temporadas, entre 2008 y 2010. El club azulgrana se fijó en él cuando jugaba en el cadete del Real Oviedo. Coincidió con futbolistas de gran pie como Sergi Roberto, Icardi, Rochina, Carmona, Rafinha o Cuenca. Cuando cerró su etapa juvenil, se vio obligado a volver a Asturias. Él siempre creyó en sus condiciones. Abelardo le ha hecho mejor futbolista. Jony nunca ignorará la relevancia del técnico asturiano en su carrera. Tampoco olvidará la etapa en La Masía. “Fue la experiencia más bonita de mi vida”.