Tucumán baila con el Johnny G
Por muchos palos que recibas, la vida siempre te reserva un momento de gloria. El Tucu Hernández ha estado señalado desde su llegada y ayer registró su nombre para siempre en la historia del Celta. No podía ser en otro sitio que en el Calderón, donde el año pasado marcó con la espuela un gol imposible. Será la humedad del Manzanares, pero allí ha firmado sus mejores obras. Anoche estuvo simplemente soberbio. Marcó dos goles, le anularon otro y tuvo alguna ocasión más. Y además aportó el trabajo que nunca escatima y dio pausa en los momentos necesarios. Si el Celta llega a la final y se juega en el Calderón, que Vigo vaya buscando una calle para ponerle su nombre. ¡Viva Tucumán!
No me puedo olvidar tampoco del momento Guidetti. Les desvelaré algo a los que no han salido de fiesta por Vigo en los últimos meses. Desde el pasado verano hay una canción de moda en la noche viguesa. Se llama Johnny G y está dedicada al delantero sueco. Antes de que suene, las luces se apagan y durante unos segundos piensas que se han bajado los plomos. Ayer pensé lo mismo cuando vi que Guidetti se disponía a tirar a puerta. Pero un instante después se hizo la luz y se escuchó la música. Y en Vigo ya no se pudo parar de bailar. Y escúchenme, lo mejor está por llegar.