Luis suelta un codazo a González
El Barcelona llega avisado a San Mamés. El meneo de la Supercopa (por un 5-1, no se olvide) obliga a los de Luis Enrique a viajar a Bilbao con las orejas tiesas. Los leones han perdido el complejo de inferioridad ante el equipo que les ha chafado tres gabarras en lo que va de siglo. Parece de locos esperar una eliminatoria igualada después del 6-0 de hace tres días. No. El Athletic es capaz de plantar cara. En 2001, perdió 7-0 en el Camp Nou y al siguiente domingo ganó 1-0 al Real Madrid de Del Bosque. Son zarpazos de orgullo, fiel historia rojiblanca.
La nueva Catedral vivirá su primer combate copero por excelencia entre sus reyes. El Athletic presionará sin freno, buscará la cabeza de Aduriz y balones al Usain Bolt de su banda derecha. La baja de Alba es temida por un Barça que en el estado de Neymar añora menos a Messi y Suárez, a quien trata de recuperar vía despachos. Valverde dio una lección a Luis Enrique con lo del árbitro. González al cuadrado ya tenía presión de sobra. Creí que con Sandor Puhl, el de Tassotti, el asturiano había agotado sus lágrimas. Ayer devolvió el codazo.