Agradecí su apoyo ante Bernabéu
Manolo Velázquez siempre será para mí más que un amigo. Además de compañeros, fuimos confidentes y es el padrino de mi hijo Alejandro. La amistad estaba por encima de todo. Los Ye-Yés éramos una piña tanto en el terreno de juego como fuera de él. Salíamos con las familias y convivíamos mucho. Desde el primer momento tuvimos una excelente conexión. Nunca olvidaré el enfado que tuvo con Don Santiago Bernabéu por defender a un amigo. Por defenderme a mí. Fue en la final de la Copa de Ferias, ante el Chelsea. A mí, Miguel Muñoz, el entrenador, no me llevó a Atenas. Pusieron en mi boca unas palabras que no correspondían con la verdad y en la santiaguina que Bernabéu dio a la plantilla las reprendió en público sin estar yo presente. Delante de todo el plantel, Velázquez sacó la cara por mí. A la vuelta me hizo hablar con Bernabéu para que todo se aclarara. Con aquello él podía haber pagado las consecuencias, pero primero pensó en el amigo. Siempre se lo he agradecido mucho.
Manolo era una persona peculiar, un tipo atípico, muy extrovertido y como jugador todo un cerebro. Una maravilla. Tenía una técnica fabulosa. Además, era muy querido por todos y en estos últimos años se ganó el cariño de todo el mundo. La posibilidad que tuvo de representar a su Real Madrid por el sur (Andalucía) le hizo muy feliz. Estaba encantado entre madridistas, verse cerca de la gente. Siempre con una sonrisa en los labios, nunca te olvidaré, amigo. Descanse en paz.
Pedro De Felipe jugó en el Madrid desde 1964 a 1972. Coincidió con Velázquez siete temporadas de blanco.