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Un argumentario sobre la conducta de Luis Suárez

Hizo muy bien Alfredo Relaño en exponer ayer en AS algunas dudas razonables sobre lo que se dijo en el vestuario del Barcelona después de la guerra mundial del miércoles entre los dos equipos de Primera de la capital catalana. No se sabe si eso está grabado, y se desconoce también si lo que allí se dijo lo profirieron Mascherano o Luis Suárez. Hay en esta duda razonable que muestra el director del AS un aspecto que completa el sudoku y que me gustaría sacar a colación en este modesto argumentario sobre la conducta de Luis Suárez en la citada escaramuza bélica. La duda se refiere al acta que han publicado, con profusión de detalles, los periódicos más destacados de este país. Según ésta, Suárez (¿o Mascherano?) se dirigieron a los jugadores españolistas diciéndoles “sos un desecho”, después de pronunciar estas dos palabras: “Venid acá”.

Es evidente que el árbitro, que dice haber escuchado, oyó mal, como me previnieron en seguida dos grandes lingüistas y periodistas, y además adversarios futbolísticos que dirimen muy amistosamente sus diferencias: Álex Grijelmo, que es de Burgos y del Madrid, y Daniel Samper, que es de Bogotá y del Barça. Pues ni un uruguayo ni un argentino son capaces de decir “Venid acá” aunque hayan pasado medio siglo en España. Y ni un uruguayo ni un argentino serían capaces de decir “sos” para significar plural del pronombre personal de tercera persona. Uno del cono sur, de cualquier cultura o de cualquier sitio, diría siempre “Vení acá, sos…”, significando puramente, en el español de donde es el árbitro: “Ven acá, tú eres…” así que es difícil que cualquiera de los dos futbolistas incriminados se hayan dirigido en plural a los jugadores del Espanyol, incluyendo en esa multitud al citado moderador legal del juego.

Creo que ha habido una avalancha excesiva de suposiciones en contra de Luis Suárez, a cuya espalda ya hay algunas acusaciones de lo que hizo o dijo con toda evidencia. Pero esta vez hay constancia de lo que se vio en el campo, que el muy intenso portero del Espanyol se burló de su ineficacia goleadora y el otro, según parece y con muy mal estilo sin duda, le recordó los cinco títulos ganados por el Barça en 2015, mostrándole para ello los dedos correspondientes.

Fue un partido lamentable, como lo fue el también muy perjudicial encuentro de Cornellá del último sábado. Después del que el Espanyol jugó en casa sus jugadores explicaron que lo suyo era “intensidad” y no violencia. El pisotón de Pau en el Camp Nou a Messi fue, en ese sentido, de una intensidad digamos excesiva. ¡Qué digo excesiva! ¡Un pellizco de monja, pero, eso sí, de gran intensidad!