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Y el Atlético rompió su sino: la presión del liderato

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Hasta el sábado, algo le ocurría al Atlético cada vez que podía ser líder. Que fallaba siempre. Era su sino. Lo acariciaba, lo tenía, era suyo pero, al final, por unas cosas u otras (léase: goles rivales o fallos de jugadores propios) la corona de la Liga siempre le tocaba a otro llevarla.

Pasó en Riazor. Jornada 10ª, los del Cholo tenían 19 puntos y eran 3º. Por delante, sólo Madrid (1º) y Barça (2º), con 21. Pero los rojiblancos podían superarles unas horas por una cuestión logística: su partido se adelantaba al viernes para que pudieran viajar antes a Kazajistán por la Champions. Ganar era ser líderes, al menos, hasta los partidos de blancos y culés. Y lo hizo el Atleti. Sí. 76 minutos exactamente. Pero Lucas Pérez replicó el gol de Tiago, el partido acabó 1-1 y, cuando el equipo tomó su avión a Astana, ni siquiera ya era 3º sino 5º.

La segunda vez fue el 20 de diciembre, ante el Málaga. El Barça aplazaba su partido por el Mundialito y, si el Atlético empataba o ganaba, sería líder. Pero perdió. Fue un gol de Charles en el que participó la mala suerte, o sea, Godín, al tocar un balón que iba fuera y despistar a Oblak. Y también fue no marcar al principio. Y los nervios al mirar al reloj avanzar al 90’ y ver cómo se escapaba, otra vez, el reto, ser líderes.

La tercera vez fue ante el Levante. El Barça había empatado y, si el Atleti ganaba, era líder. Pero durante 82 minutos la historia se repetía. “El fútbol es una batalla psicológica y el aspecto humano tiene un papel significativo”, decía Sócrates, brasileño de los 80. Y eso era, la cabeza, lo que al Atleti, le pesaba. Tenerlo otra vez tan cerca y no dejarlo escapar. Y eso provocaba fallos. Imprecisiones en la salida del balón. Errores de alguien como Savic, que suele moverse siempre preciso como un cirujano. La pájara de los minutos con los tres delanteros... Pero Simeone encontró como espantarlo todo. Presión, nervios, fallos e imprecisiones. Fue con Thomas, un canterano con la cabeza de hierro. Salió y solucionó. El Atlético ya es líder. Ese sino está vencido. Ahora falta el del gol. Y a volar.