Los CAR, fábricas de campeones
“Si estás en un centro del alto rendimiento está todo masticado: te hacen la comida, descansas, siesta, entrenas... Todo está servido en bandeja.” Es lo que le cuenta Aschwin Wildeboer a Alberto Martínez en su regreso a la natación. Pues es para estar orgulloso de nuestro deporte. Por eso nos va tan bien. Centros de alto rendimiento (CAR) tenemos en San Cugat, Madrid, León y Sierra Nevada. Éste, situado a 2.500 metros de altitud, es una joya y de las pocas instalaciones en el mundo que permite, a los nadadores concretamente, prepararse en altura. Pero en los CAR no sólo se come, se descansa, se duerme y se entrena. También se estudia con planes especiales, y se realizan estudios biomecánicos a los deportistas para mejorar su técnica.
Además tenemos CAR especializados: vela en Santander, ciclismo en Mallorca, remo y piragüismo en Sevilla, tiro en Granada y golf en Madrid. Con estos, la totalidad de los deportes olímpicos, y unos cuántos más, están cubiertos. No nos podemos quejar. El deportista que despunta tiene asegurado un mínimo de las mejores condiciones posibles para que no se pierda. Esa es la realidad, y los resultados están ahí. Los CAR fueron el gran legado de los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde el de San Cugat fue el pionero, y las dos grandes figuras de nuestro deporte femenino, Mireia Belmonte y Carolina Marín, salieron y viven en los CAR de San Cugat y Madrid, respectivamente. Ahora ya se puede decir que son auténticas fábricas de campeones.