Efecto Voro: un ejemplo para Lim

Conrado Valle
Delegado en la Comunitat Valenciana de Diario AS, al que llegó en 2010 para seguir y contar la actualidad del Valencia CF, al que sigue como periodista desde 1998. Pero le leerás artículos de cualquier club valenciano y de múltiples disciplinas deportivas.
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Ayer me equivoqué. Dije que el Valencia sólo tenía a Mestalla a su favor contra el Barcelona y pasé por alto lo que de verdad le llevó a puntuar anoche. El Valencia tuvo a Mestalla, sí, como siempre que le necesita su equipo, pero sobre todo tuvo pundonor, carácter, fe. El Valencia sacó lo que en las últimas semanas había perdido: identidad y amor propio. Fue lo más parecido a ese Valencia bronco y copero que merece hasta el último aliento de su gente. Y ello a pesar de ser un Valencia de circunstancias, ejemplificado en el sufrimiento de Vezo para frenar a Neymar. Tuvo la pizca de suerte que cualquiera debe tener cuando se enfrenta a un Barcelona, pero también la desdicha de que el árbitro no viera el pisotón de Luis Suárez a Abdennour, una acción por la que el uruguayo mereció la expulsión, quien para más inri anotó después un gol en fuera de juego que parecía iba a dejar en nada el compromiso blanquinegro.

No fue así. El Valencia sacó fuerzas de dónde no tenía y Mina logró un gol cuyo valor va más allá del punto. Gary Neville lo presenció todo desde el palco de Lim, aunque del inglés habrá tiempo para hablar. Él tuvo el buen gesto de querer pasar desapercibido, un detalle de gente de fútbol. Pero es de Salvador González ‘Voro’ de quien hay que hablar. De su efecto y ejemplo. Lim tiene que tomar nota de la última semana. Su proyecto necesita tanto de sus millones como de gente como Voro, de lo que representa el de L’Alcudia. De gente de la terreta.

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